Su boda fue muy especial, con un estilazo único que les caracteriza y en una majestuosa finca mallorquina. Querían transmitir lo que son y cómo son y bien que lo consiguieron. Unieron a sus familias, cruzaron océanos, y tuvieron una emotiva boda, sencilla y natural. Todo estaba pensado al detalle, todo menos la sorpresa a la cuñada de la novia que su chico le pidió matrimonio tras el baile nupcial… y es que ya lo dicen: “de una boda sale otra boda”.
Así es como dos familias no sólo se unieron para formar una, sino que también se unieron los mares, las culturas, la tierra… todo gracias al amor de una noche de terror.